¿Qué puedo hacer?
En primer lugar si observas algún signo de demencia en su perro, consulta primero a tu veterinario, que podrá hacer un diagnóstico preciso y discutir contigo las opciones de tratamiento médico.
"Las rutinas diarias son especialmente importantes para los perros con demencia, ya que proporcionan seguridad y estructura. Deben respetarse al máximo los horarios de las comidas, los paseos y los periodos de descanso. Además de una rutina fija, la estimulación mental también es crucial, ya que puede ayudar a ralentizar la progresión de la demencia. Los juegos sencillos, como los de búsqueda, que estimulan la mente, son muy útiles en este sentido", subraya la veterinaria Sylvia Erhard.
El ejercicio regular al aire libre también es esencial. Favorece la circulación sanguínea, sobre todo en el cerebro, y los paseos cortos y frecuentes son buenos para el perro, tanto física como mentalmente.
Una cosa es segura: si tu perro tiende a despistarse por la casa, conviene mantenerla "libre de obstáculos", asegurando las escaleras con una verja y haciendo inaccesibles las zonas peligrosas, como una estufa caliente.
Por último, la dieta también desempeña un papel fundamental. Algunos estudios sugieren que una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y vitaminas del grupo B puede mejorar la función cognitiva. Por lo tanto, una dieta equilibrada es un aspecto importante del cuidado de un perro con demencia.