Nuestro olvidadizo amigo de cuatro patas: la demencia en los perros

22 de febrero de 2024 — de Katrin Rahn  

Desde cachorro, pasando por la pubertad, hasta perro adulto: tenemos la suerte de pasar una media de diez a quince años con nuestro perro. Con la edad, nuestros perros cambian, pero ¿qué ocurre exactamente cuando nuestro fiel compañero muestra signos de envejecimiento que van más allá de lo normal?

¿Qué es exactamente la demencia canina?

También conocida como síndrome de disfunción cognitiva (SDC), la demencia canina es una enfermedad degenerativa que puede afectar al cerebro y al comportamiento de los perros mayores. Es similar en muchos aspectos a la demencia en los seres humanos. La demencia se caracteriza por la muerte de las células nerviosas del cerebro y, una vez muertas, ya no pueden regenerarse, lo que provoca un deterioro de la capacidad mental.

Signos

Los signos de demencia en los perros pueden variar considerablemente y a menudo son difíciles de reconocer. Un síntoma común es la desorientación, incluso en entornos familiares. Por ejemplo, un perro puede tener dificultades para encontrar el camino a casa o quedar atrapado en rincones o detrás de un mueble. "El mayor problema para muchos propietarios es la inquietud nocturna provocada por la alteración del ritmo día-noche", explica la veterinaria Sylvia Erhard. "Un ritual nocturno establecido, como un paseo seguido de una golosina cuando el perro va a su cesta, puede ayudar a señalar que es hora de dormir". Otros síntomas son un cambio de interacción con personas y otros animales. Un perro que solía ser muy sociable puede retraerse o, por el contrario, volverse inusualmente insistente. Además, puede hacer sus necesidades en casa, aunque antes fuera un perro limpio. Los cambios de hábitos, como deambular sin rumbo o un menor interés por el juego, son otros síntomas que pueden indicar demencia en los perros.

¿Qué puedo hacer?

En primer lugar si observas algún signo de demencia en su perro, consulta primero a tu veterinario, que podrá hacer un diagnóstico preciso y discutir contigo las opciones de tratamiento médico. "Las rutinas diarias son especialmente importantes para los perros con demencia, ya que proporcionan seguridad y estructura. Deben respetarse al máximo los horarios de las comidas, los paseos y los periodos de descanso. Además de una rutina fija, la estimulación mental también es crucial, ya que puede ayudar a ralentizar la progresión de la demencia. Los juegos sencillos, como los de búsqueda, que estimulan la mente, son muy útiles en este sentido", subraya la veterinaria Sylvia Erhard. El ejercicio regular al aire libre también es esencial. Favorece la circulación sanguínea, sobre todo en el cerebro, y los paseos cortos y frecuentes son buenos para el perro, tanto física como mentalmente. Una cosa es segura: si tu perro tiende a despistarse por la casa, conviene mantenerla "libre de obstáculos", asegurando las escaleras con una verja y haciendo inaccesibles las zonas peligrosas, como una estufa caliente. Por último, la dieta también desempeña un papel fundamental. Algunos estudios sugieren que una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y vitaminas del grupo B puede mejorar la función cognitiva. Por lo tanto, una dieta equilibrada es un aspecto importante del cuidado de un perro con demencia.

Un buen complemento: omega-3

Se ha demostrado que los ácidos grasos omega-3, en particular el DHA (ácido docosahexaenoico), desempeñan un papel importante en la salud del cerebro. Varios estudios realizados tanto en humanos como en animales, han demostrado que los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias y pueden proteger las células cerebrales de los daños causados por el proceso de envejecimiento o por enfermedades como la demencia. En perros que sufren disfunción cognitiva, estos ácidos grasos pueden ayudar a ralentizar la degeneración cerebral y mejorar la función cerebral. Por lo tanto, añadir alimentos ricos en omega-3 a la dieta de tu perro o administrar suplementos dietéticos puede ser una medida preventiva o de apoyo para los problemas cognitivos existentes. Sin embargo, es importante consultar con tu veterinario antes de hacer cambios en la dieta de tu mascota para asegurarte de que la cantidad y el tipo de fuente de omega-3 son adecuados para ella.

No te olvides...

Vivir con un perro con demencia puede ser un reto a ambos lados de la correa. Requiere paciencia, comprensión y, a menudo, algunos ajustes en la vida cotidiana. Pero incluso durante este tiempo, el perro y el dueño pueden pasar seguir pasándolo muy bien juntos.