Cardo mariano - para proteger la función hepática de tus pacientes animales

15 de septiembre de 2023 — de Linn Masch  

¿Tus pacientes padecen inflamación hepática o enfermedad hepática crónica? Puedes apoyar la función hepática con los principios activos del cardo mariano.

Silybum marianum -nombre científico del cardo mariano- es una planta anual o bienal que puede alcanzar los dos metros de altura. Se encuentra principalmente en el sur de Europa, norte de África y oeste de Asia.

Componentes

El principal componente del cardo mariano es la silimarina. Se encuentra en toda la planta, especialmente en el fruto y las semillas. La silimarina es una mezcla molecular de tres flavonolignanos isoméricos, la silibina, la silidianina y la silicristina. La silibina es el principal isómero del cardo mariano y posee la mayor actividad biológica. El cardo mariano también contiene aceite, compuesto principalmente por ácidos linoleico y oleico. Los ácidos linoleicos son ácidos grasos insaturados y pertenecen a los ácidos grasos omega-6 debido a la posición de su doble enlace. Como parte de la membrana celular, son necesarios para los procesos de crecimiento y reparación. Los ácidos oleicos pertenecen a los ácidos grasos insaturados omega-9 y deben consumirse como parte esencial de la dieta. El mucílago que contienen puede almacenar líquidos, formando una masa gelatinosa que puede favorecer el proceso de digestión.

Efecto

El hígado es el mayor órgano metabólico del organismo. En él se forman diversas proteínas, sustancias de defensa y bilis. Casi todos los productos farmacéuticos de absorción oral sufren en el hígado el denominado "efecto de primer paso". Tras ser absorbidos en el intestino, los principios activos llegan al hígado a través de la vena porta, donde ya se han metabolizado parcialmente. Solo una parte de los principios activos permanece a disposición del organismo para su posterior distribución sistémica.

El cardo mariano posee propiedades antioxidantes, protectoras de las células hepáticas, antihepatotóxicas y antiinflamatorias. En primer lugar, la silimarina estabiliza los hepatocitos regulando la permeabilidad de la membrana celular. Como resultado, se reducen los procesos de oxidación y el transporte a través de la membrana celular de los hepatocitos. También puede actuar como bloqueador de toxinas y proteger el hígado de la penetración de toxinas. La silimarina también favorece la regeneración y la formación de nuevas células hepáticas. La silimarina inhibe la vía de señalización de la 5-lipoxigenasa (LOX) y, por tanto, la formación de leucotrienos, los mensajeros de la inflamación. La silimarina también puede interceptar los radicales libres de oxígeno, producidos por ejemplo por los rayos UV, el calor o los contaminantes. En general, el cardo mariano refuerza y protege el hígado para que pueda realizar sus tareas fisiológicas sin obstáculos.

Áreas de aplicación

El cardo mariano puede utilizarse en el tratamiento de la hepatitis, la cirrosis hepática y las lesiones hepáticas tóxicas. El isómero silibinina se usa como antídoto en casos de intoxicación por el hongo oronja verde (Amanita phalloides), que puede provocar insuficiencia hepática. De forma preventiva, su uso está indicado en los casos en que el hígado se ha debilitado por determinadas sustancias, como fármacos o contaminantes químicos del medio ambiente.