Como el director de una orquesta sinfónica, la cortisona regula el metabolismo energético acelerando la descomposición de las proteínas y movilizando así las reservas de energía para las exigentes tareas diarias del animal. También equilibra el balance de agua y electrolitos y controla la división celular y las reacciones inmunitarias. A pesar de ello, la cortisona suele asociarse a factores negativos. Descubra aquí por qué es así y qué alternativas existen a la cortisona.
La cortisona es una de las hormonas esteroideas, pertenece al grupo de los glucocorticoides y, es por tanto, una hormona endógena que se sintetiza en la corteza de las glándulas suprarrenales. Es un producto de oxidación del cortisol y es insustituible en las tareas cotidianas del organismo y asombrosamente versátil.
Entre sus tareas se encuentra el metabolismo energético, que acelera la descomposición de las proteínas, lo que permite movilizar las reservas de energía, provocando un aumento de los niveles de azúcar en sangre y la liberación de grasas. La cortisona también puede influir en el equilibrio hídrico y electrolítico, y tiene un efecto inhibidor sobre la división celular, así como en los procesos inmunológicos y alérgicos del organismo.
La cortisona tiene un efecto selectivo sobre la proteína cremallera de leucina inducida por glucocorticoides, o GILZ para abreviar. Los glucocorticoides pueden tener un efecto positivo en la transcripción de estas proteínas y, por tanto, provocar un aumento de su presencia. Las cremalleras de leucina son una clase de proteínas que se unen a un sitio específico del ADN y regulan la transcripción. La cortisona tiene un efecto antiinflamatorio a varios niveles.
Las principales ventajas de la cortisona son su rápido inicio de acción y su amplio espectro. La cortisona tiene una amplia gama de usos. Por ejemplo, puede utilizarse localmente para inflamaciones cutáneas y sistémicamente para enfermedades pulmonares.
Pero como todo superhéroe, la cortisona también tiene su criptonita: la administración prolongada de cortisona puede provocar efectos secundarios sistémicos. Las características individuales del paciente, la duración de la aplicación y la cantidad de cortisona administrada son cruciales en este caso. Si la cortisona se administra durante un periodo corto, los efectos secundarios en forma de nerviosismo y mareos sueden aparecer con menor frecuencia. Debido al efecto de la cortisona sobre numerosos procesos metabólicos, la administración sistémica a largo plazo puede provocar efectos secundarios.
Posibles efectos secundarios de la administración sistémica de cortisona:
Estos cambios patológicos a menudo pueden minimizarse o eludirse mediante una reducción de la dosis o un tratamiento alternativo. Para evitar estas patologías, la cortisona debe administrarse en cantidades suficientes a corto plazo, en dosis bajas a largo plazo y retirarse gradualmente, en función de los trastornos.
Afortunadamente, existen alternativas que pueden ayudar a los veterinarios a reducir o evitar los efectos secundarios de la cortisona.
El árbol del incienso pertenece al género Boswellia. Las resinas de las especies Boswellia serrata, carteri y frereana se utilizan con fines medicinales e impresionan por su efecto sobre las reacciones inflamatorias.
**Componentes eficaces de la resina de Boswellia
Los cuatro ácidos triterpénicos pentacíclicos más importantes son el ácido beta-boswélico, el ácido acetil-beta-boswélico, el ácido 11-ceto-beta-boswélico y el ácido acetil-11-ceto-beta-boswélico. Estos componentes tienen un efecto antiinflamatorio. El último en particular, el ácido acetil-11-ceto-beta-boswélico, actúa como inhibidor de la 5-lipooxigenasa, implicada en la síntesis de los leucotrienos. Otro punto es el efecto inhibidor de la COX-1 y, por tanto, la influencia sobre la síntesis de prostaglandina E2. Además, los ácidos boswélicos pueden reducir la actividad proinflamatoria inhibiendo las proteasas, en particular la catepsina G. El principal efecto de los extractos de incienso es el antiinflamatorio. La inflamación se caracteriza por la síntesis y la liberación de mediadores inflamatorios como las citoquinas, las prostaglandinas y los leucotrienos. El incienso ayuda a inhibir estos procesos, de forma similar al principio de acción de la cortisona. La biodisponibilidad de los ácidos boswélicos, que determinan la eficacia, mejora considerablemente con la ingesta simultánea de aceite. Además, se requiere una dosis suficientemente alta y de calidad probada para constatar los efectos del incienso.
La cúrcuma (Curcumae longae rhizoma) pertenece a la familia del jengibre y es una planta con un rizoma que puede crecer hasta un metro de altura. El rizoma de la planta de la cúrcuma, que contiene muchos compuestos activos conocidos como curuminoides, es de especial importancia medicinal. La mayoría de los curuminoides está constituida por el componente curcumina (diferulo metano), al que se le atribuyen los siguientes efectos.
Efectos de los curuminoides:
El compuesto activo de la cúrcuma es la curcumina. El efecto de la curcumina se basa en la influencia de células mononucleares, como los macrófagos, y la inhibición de diversas transmisiones de señales. La curcumina puede desplegar su efecto antiinflamatorio mediante el aumento de una proteína. Al igual que la cortisona, tiene un efecto dirigido sobre la proteína GILZ, cremallera de leucina inducida por glucocorticoides. Esta proteína es un mediador antiinflamatorio cuyos efectos se basan en la inhibición de varios factores de transcripción asociados a la inflamación en los macrófagos. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los factores de transcripción NF-kB o la proteína activadora-1. Durante la inflamación, GILZ se degrada y se produce un aumento de la respuesta inmunitaria; al aumentar la presencia de GILZ, se reducen estos procesos. Además, GILZ actúa como regulador negativo de la vía de señalización MAPK, reduciendo numerosas vías de señalización implicadas en un proceso inflamatorio, como el crecimiento y la diferenciación celular. La curcumina también puede reducir la cantidad de macrófagos M1 proinflamatorios y aumentar el número de macrófagos M2 antiinflamatorios. Igualmente tiene un efecto inhibidor sobre la COX-2, las lipoxigenasas, la glutatión-S-transferasa y la óxido nítrico sintasa, entre otras, por lo que ejerce una influencia negativa sobre la expresión de mediadores inflamatorios y citocinas proinflamatorias como los interferones, el factor de necrosis tumoral y la interleucina-12. Asimismo, no se ha observado ninguna toxicidad que limite la dosis, por lo que cabe suponer que la cúrcuma es farmacológicamente segura.
Indicaciones para el incienso y la cúrcuma - procesos inflamatorios:
El incienso y la cúrcuma representan una alternativa potencial a los glucocorticoides, sin los efectos secundarios no deseados de la cortisona, si la dosis y la calidad de los extractos son adecuadas.
Así pues, aunque la cortisona es un poderoso superhéroe en el organismo de los animales, su uso debe considerarse con precaución. Combinando la cortisona y sus alternativas naturales, podemos utilizar lo mejor de ambos mundos y ofrecer a los pacientes la mejor atención posible.
