De lobo a miembro de la familia
Hace unos 15.000 años, los humanos empezaron a domesticar al lobo, convirtiéndolo en nuestra primera mascota y fiel compañero. En la época de la domesticación, había una edad de hielo y los inviernos eran fríos. Es posible que la dieta, especialmente adaptada a los fríos meses de invierno, contribuyera a que los humanos no compitieran con los lobos por la comida y que éstos se acercaran así a los humanos.
Nuestros antepasados cazadores solían dejar partes de sus presas como desechos, porque necesitaban sobre todo suficientes carbohidratos y grasas. Precisamente esta porción sobrante, magra y rica en proteínas, era un alimento óptimo para los lobos carnívoros. Por lo tanto, se supone que el pariente salvaje de nuestros perros actuales buscó las cercanías de los campamentos durante esta difícil época. A cambio, el pueblo recibía la protección de la manada que permanecía cerca de ellos. A pesar de todas las teorías, todavía no está del todo claro cómo se convirtió exactamente el perro en nuestro compañero.